viernes, 28 de diciembre de 2012

Fajardo: Los medios justifican el fin


De la forma de hacer la política depende la gestión pública. Esta es la lógica que ha
guiado a Sergio Fajardo desde que empezó su carrera política. Para él “es obvio
que de la mano de una forma nueva y coherente de hacer la política surja una forma
distinta de la administración pública”.

Como ya todos sabemos, la forma tradicional de hacer política basada en el
clientelismo –es decir, en padrinos políticos, compra de votos y líderes locales,
ofrecimiento de puestos y beneficios a unos cuantos conocidos – conduce a la
corrupción, al progreso de unos pocos en perjuicio del interés general de toda la
población y sobretodo de los más necesitados.

Cansados con esto, Fajardo y un grupo de miembros de la sociedad civil decidieron
pasar de la indignación a la acción y crearon un movimiento cívico-independiente
que lo llevó al primero a ser alcalde de esa ciudad en el 2003. Habían empezado con
“lo que parecía una utopía de soñadores”: sin caciques políticos, sin maquinarias,
sin fondos suficientes, equipados sólo con un conjunto de principios básicos que
expresaban su visión de la política, como ellos recuerdan. El único compromiso que
habían adquirido era con la ciudadanía.

Con el programa de gobierno “Medellín, la más educada” logró promover varias
políticas que transformaron por completo a la ciudad. Sus intervenciones de
urbanismo social –que tenían como principio dar lo mejor a los mas humildes – son
hoy en día reconocidas inclusive en el exterior. Ahora con su programa de gobierno
“Antioquia la más educada” está implementando políticas similares en todo el
departamento.

Como resulta evidente en el nombre de los programas, este líder político considera
la educación de calidad como el motor de las transformaciones sociales. Profesor
con una formación profesional de primer nivel, Fajardo promueve políticas audaces
de largo plazo que buscan garantizar que en realidad la educación rompa el círculo
de desigualdad e injusticia social. Así lo demuestran, por ejemplo, los parques-
bibliotecas que ha construido, el apoyo a la ciencia, el fondo masivo de becas para la
educación superior y sus políticas para dignificar a la profesión docente y aumentar
su reconocimiento social.

Medidas concretas como Observatorio de la Contratación, Ferias de la
Transparencia, Presupuesto Participativo, Ranking de Contratistas, entre otras,
lograron aumentar el número de proveedores y reducir el gasto fiscal en Medellín
y ahora en Antioquia, aumentando la transparencia y reduciendo la corrupción. Al
mismo tiempo, Fajardo siempre busca fortalecer la participación de la sociedad civil
en las tareas de seguimiento y evaluación de las políticas públicas y la capacidad
institucional de los municipios.

¿Cuándo en el Huila empezaremos a romper el esquema de la política tradicional?
Hoy podemos también decir con Fajardo que “los corruptos han logrado permear
diferentes niveles de nuestra sociedad destruyendo, entre otros, la confianza en lo
público. Este robo afecta principalmente las oportunidades de los mas humildes.
Sin una voluntad política clara contra esta cultura no se logrará superar las
desigualdades ni generar desarrollo local sostenible en nuestro departamento”.

De la educación y otros cuentos chinos


Es bastante común escuchar que el desarrollo de un país depende de la educación. Son de esas frases que todo mundo repite hasta convertirse en una idea tan trillada que no se profundiza en sus implicaciones. En ese contexto, ya no nos sorprende que año tras año aumente la diferencia de los resultados entre los colegios públicos y los privados en las pruebas Saber –anteriormente examen ICFES.

Este año no ha sido la excepción. La mayoría de colegios con mejor desempeño son para personas de estrato socio-económico alto y se encuentran ubicados en Bogotá, Cali y Medellín. En el caso del Huila los resultados de los colegios públicos continúan siendo preocupantes para un departamento con los niveles de pobreza y desigualdad más elevados del país.

Esta disparidad dificulta la movilidad social al disminuir las oportunidades para las personas que se encuentran en situaciones injustas de pobreza de mejorar sus condiciones de vida. En otras palabras, es muy probable que los pobres sigan siendo pobres, profundizándose de esta manera la inequidad y la desigualdad. Peor aún, el departamento deja de aprovechar el talento humano, el principal recurso que tiene.

Esta es otra frase que se repite comúnmente pero con la que casi nadie actúa en consecuencia. En tiempo de elección todos los candidatos salen con el cuento de que la educación va a ser una de sus prioridades. Después se limitan a arreglar unos cuantos centros educativos, regalar cuadernos u otorgar subsidios de trasporte y alimentación; con eso ya creen que ganaron el año. Aunque eso es necesario, no es suficiente. Los ciudadanos y estudiantes tampoco protestan, nadie reclama. Parece que esa situación también hace más sumiso a un pueblo.

Los recursos naturales y los minerales, en particular, han sido para muchos países una maldición, mientras que otros se han desarrollado sin tenerlos – como Japón por ejemplo. Si bien esos recursos se pueden aprovechar de manera inteligente –como lo hicieron Noruega, Malasia y en menor medida Chile –, con gobiernos corruptos o capturados por intereses privados es preferible evitar su explotación. Hoy se nos quiere imponer la idea de que la única forma para que el país se desarrolle es explotando irresponsablemente sus recursos naturales. Es una idea falsa. Un cuento chino.

El embajador de China, a propósito, en una visita al Huila esta semana dejó claro que la compañía Hydrochina tiene interés en construir más hidroeléctricas en el departamento. Como diría el Procurador, ya empezaron nuevamente a untarnos la vaselina. Ya se dieron cuenta de que los colombianos sólo gritamos cuando ya todo está consumado. Contrario al falso discurso ambientalista del presidente Santos, característico de su sensibilidad mediática, la protección de los recursos naturales debe ser una preocupación real dado el cambio climático. La crisis del sector cafetero, al menos en parte, y las constantes sequías en el departamento han hecho evidente que las consecuencias negativas de este fenómeno no son ningún cuento chino.


sábado, 24 de noviembre de 2012

¿SENA de hambrientos?

Esta semana fue publicada en los medios una grabación en la que el Director de la DIAN, Juan Ricardo Ortega, admite que no hay estudios técnicos que soporten la eliminación de los parafiscales, una de las principales fuentes de financiación del SENA. Los mismos estudiantes de esta institución promotora de la educación técnica lo grabaron haciendo está confesión y así quedó abierta una pregunta: ¿Será que al Gobierno no le importa que en el largo plazo desaparezca está institución?

Desde hace ya algún tiempo, he tenido la impresión de que en Colombia se desprecia la educación técnica y que en algunos círculos del poder se ve al SENA con cierto desdén. Algunos empresarios sólo ven a esta institución y en el pago de parafiscales un costo extra para la nómina y por lo tanto una disminución en su capacidad de competir. Ciertos políticos regionales lo ven como una tuerca más para su maquinaria clientelista. Algunos funcionarios públicos  -y que muchas veces han estudiado en reconocidas universidades - ven a los programas de capacitación que ofrece la entidad como “cursos de dudosa calidad para los pobres”.

El SENA es de suma importancia para el desarrollo del país principalmente por dos razones. Primero, para muchas personas de escasos recursos, la institución representa una de las pocas oportunidades –sino la única – para poder salir adelante. En un país tan desigual como Colombia, en donde la movilidad social es muy baja, esta entidad es fundamental para promover la equidad y la inclusión social. Segundo, la educación vocacional y técnica es prioritaria para el crecimiento económico del país. Para profundizar la industrialización y tecnificar el sector agrícola se requiere cada vez más de técnicos y tecnólogos, los cuales juegan un papel muy importante en el desarrollo de un país.

Así lo entendió desde hace años Alemania, posiblemente el país con mayor reconocimiento en esta materia. El “modelo dual” alemán permite que los estudiantes estudien un oficio o una técnica mientras trabajan. Estas personas no son vistas como de segunda categoría y son bien remuneradas.  Fue en gran parte gracias a este modelo que Alemania logró el nivel de desarrollo que tiene y que logró capotear relativamente bien la crisis financiera global. Otros países están tratando de replicar esa experiencia como Brasil que tiene como política de Estado robustecer al SENAI, su institución equivalente y donde estudió el expresidente Lula.

Durante los últimos años el SENA ha aumentado la oferta de programas, la cobertura geográfica y hay hecho otros cambios muy valiosos. Ahora es necesario que el SENA reciba más recursos para mejorar la calidad y pertinencia de sus programas, trabaje más estrechamente con la comunidad empresarial y ayude a los estudiantes desde el comienzo a conectarse al mundo laboral. Esta es la mejor forma de mejorar la competitividad – de la que tantos hablan – y de crear trabajo formal en Colombia. Empresarios, políticos y tecnócratas deberían estar muy interesados en fortalecer al SENA en vez de querer devorarlo. 

sábado, 17 de noviembre de 2012

El campanazo de Interbolsa

Después de que los problemas de liquidez de Interbolsa, la mayor comisionista de valores del país, se agravaron hasta el punto que no pudo cumplirle a una de sus contrapartes, el Gobierno decidió liquidar la compañía. El Ministerio de Hacienda y la Superintendencia Financiera, sin embargo, estuvieron varias semanas intentando evitar la debacle de este importante jugador en el sector financiero. Una quiebra desordenada podría poner en peligro no solamente a sus clientes y contrapartes, sino también al mismo mercado de deuda pública, ya que era uno de los principales inversionistas en bonos del Gobierno.

Ahora que disminuyó el riesgo para el sistema – aunque todavía no se han aclarado muchos detalles sobre el entramado de las operaciones que había montado–, el Gobierno debe evaluar detenidamente los ajustes normativos necesarios para disminuir la probabilidad de que se repitan eventos como este. Es lo que varios países han venido tratando de hacer después de las experiencias traumáticas que dejó la crisis financiera global en el 2008.

Los estragos que causó aquella crisis fueron de tal magnitud que muchas economías aún no se han recuperado. De hecho, esta ha sido una de las recuperaciones más lentas de la economía mundial. El paradigma económico que había predominado hasta entonces – y que propugnaba una liberalización profunda del sector financiero – se está empezando a revisar.

Durante las últimas décadas el poder de cabildeo de los grupos financieros logró que las regulaciones que los limitaban para tomar mayores riesgos se volvieran más laxas. Su poder influyó también en el establecimiento académico que suministró teorías dogmáticas que respaldaron dicha desregularización. Ahora es evidente que la autorregulación del mercado de valores no basta y que las normas deben volver a fortalecerse para garantizar un mercado financiero sólido y estable.

Las posiciones dogmáticas  y miopes en la academia también han empezado a ceder terreno. La tecnocracia – que con base en aquellos dogmas frecuentemente modeló las políticas públicas y despreció a los que tenían opiniones diferentes – ha empezado a reconocer con humildad y sensatez las falencias y los peligros que entraña esa visión fundamentalista. Por ejemplo, hace poco el Fondo Monetario Internacional desconcertó a muchos de aquellos antiguos economistas iluminados cuando reconoció que los controles de capitales son un instrumento válido para que un país pueda ejecutar su política macroeconómica y proteger su economía nacional.

Mercados financieros sanos son indispensables para el funcionamiento y desarrollo de una economía moderna. Por eso la regulación, como en tantos otros mercados, debe promover en ellos la competencia, la transparencia y la protección de los usuarios. Los mercados evolucionan y se adaptan con gran facilidad; de igual manera las normas que los regulan deben evolucionar. Ojalá el Gobierno haya escuchado este campanazo de alerta.

Mejoramiento humano y futuro del trabajo



Hace poco fue publicado el reporte de un taller que realizaron en el Reino Unido conjuntamente la Academia de Ciencias Médicas, la Academia Británica, la Academia Real de Ingeniería y la Sociedad Real de ese país sobre el mejoramiento humano y el futuro del trabajo (ver vínculo aquí). 

El término “mejoramiento humano” –el cual no está libre de críticas y se podría remplazar por “modulación humana” – hace referencia a nuevas tecnologías diseñadas o utilizadas para restaurar o mejorar el desempeño humano, superando de esa manera las limitaciones de su funcionamiento en aspectos como la memoria, la audición o la movilidad. 

Estas tecnologías surgen de un amplio rango de disciplinas como la biotecnología, la ingeniería de tejidos, las neurociencias y la computación. Algunos ejemplos son los medicamentos que optimizan  el proceso de cognición para acrecentar la memoria y la concentración; software comercial para entrenar el cerebro; ayudas auditivas o  implantes de retina para mejorar la percepción sensorial o  extremidades biónicas para restaurar la movilidad. 

La creciente utilización de estas tecnologías puede influir en la habilidad del individuo para aprender o realizar ciertas tareas y quizás incluso para entrar a una profesión;  trabajar de manera más eficiente, por más tiempo, en condiciones más extremas o en una edad avanzada; reducir las enfermedades relacionadas al trabajo o facilitar el retorno al trabajo después de una enfermedad.
Varios países desarrollados han empezado a ver con mayor interés estas tecnologías ya que para muchos de ellos el envejecimiento de su población es una amenaza seria. El Reino Unido, por ejemplo, tiene 10 millones de personas por encima de los 65 años, cifra que podría aumentar, según el reporte, en aproximadamente 5.5 millones en los próximos 20 años hasta llegar a 19 millones en el 2050.

Aunque estas tecnologías pueden representar oportunidades, también suscitan muchos retos en materia ética, social, política, de salud y seguridad. Por ejemplo, ¿existen circunstancias en donde los mejoramientos deben ser promovidos o incluso obligatorios porque el trabajo involucra responsabilidad por la seguridad de otros como en el caso de los conductores de bus o los pilotos de avión?

Según los participantes, es necesario distinguir la fiebre de mercado de la realidad y no sobredimensionar estas tecnologías emergentes que tienden a aprovechar la esperanza de muchas personas. Algunos sostuvieron que la precaución y el escepticismo sostienen la ciencia robusta y facilitan una discusión más productiva. . En general, estas tecnologías de mejoramiento pueden llegar a cambiar considerablemente la forma en que trabajamos y, por tanto, la sociedad debe participar en un diálogo abierto sobre su utilización. 

En ese sentido, es necesario entender los posibles peligros. Por ejemplo, todavía no existen estudios que analicen el impacto de largo plazo y los efectos secundarios de los medicamentos utilizados por individuos saludables para mejorar sus capacidades cognitivas – las costosas campañas publicitarias de las farmacéuticas tienden a resaltar algunos aspectos supuestamente positivos. Por eso para muchos de nosotros la educación y el ejercicio físico continuarán siendo los mecanismos confiables para mejorar nuestras capacidades cognitivas y desempeño en el trabajo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Reforma tributaria y desigualdad


Actualmente se debate en el Congreso un proyecto de reforma tributaria presentado por el Gobierno. Sin entrar a discutir los detalles, quisiera resaltar algunas ideas referentes al contexto en el que se discute la propuesta, el cual tiene dos características particulares. Por una parte, a nivel mundial el paradigma económico que predominó durante los últimos treinta años – que se enfocaba en temas de eficiencia ignorando los aspectos de distribución y justicia –está cambiando. A nivel nacional, por otra parte, la iniciativa legislativa no surgió a raíz de necesidades presupuestales como solía acontecer en el pasado.

En cuanto al primer punto, hace poco la revista The Economist publicó un informe especial sobre el creciente nivel de desigualdad en ingresos, catalogándolo como uno de los retos más grandes de nuestra época. Según el informe, el movimiento de indignados que nació después de la crisis financiera internacional desapareció pero logró  llamar la atención sobre la dramática concentración de los ingresos durante los últimos 30 años y consolidar el tema en la agenda política.

La teoría económica que se impuso durante esos años considera que es inevitable una mayor desigualdad a medida que una economía crece y que aquella puede ser beneficiosa para el crecimiento. Sin embargo, ahora se tiende a reconocer que la desigualdad excesiva puede ser perjudicial para el mismo desarrollo económico porque puede impedir que personas talentosas pero pobres accedan a la educación, alimentar resentimientos que resulten en políticas populistas perjudiciales o debilitar las instituciones a favor de las élites.

En relación a la situación presupuestal en Colombia, la reforma debe aprovecharse para volver más progresivo – el que más tiene paga más – el sistema tributario ya que, como lo reconoce el texto del proyecto, Colombia es uno de los países más desiguales en el mundo. Jorge A. Rodríguez, director del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional,  señala que muchos incentivos tributarios  que se otorgan con el argumento de que promueven la inversión y por tanto el empleo, en realidad no cumplen ese fin sino que terminan beneficiando a unos cuantos grupos privilegiados.

Por ejemplo, la deducción del 30% en el impuesto de renta por inversión en activos fijos  establecida de manera temporal por la Ley  863 de 2003 – aumentada al 40% y hecha permanente por la Ley 1111 de 2006 – fue ineficaz para incentivar la inversión. Otros factores como la estabilidad social e institucional, la calidad de la mano de obra y la infraestructura, pueden ser factores más decisivos para fomentar inversión que genere empleo y transfiera conocimiento.

La reforma tributaria debe representar otra oportunidad para reducir la desigualdad en Colombia, mejorando las oportunidades de movilidad social para los menos favorecidos. Para esto es necesario seguir de manera crítica la manera como votan nuestros legisladores con el fin de compensar la presión que ejercen sobre ellos grupos con capacidad de invertir grandes sumas de dinero – como las multinacionales que explotan los recursos naturales – para mover injustamente el sistema a su favor. 

sábado, 27 de octubre de 2012

Pékerman y la meritocracia

Los colombianos queremos y confiamos en que Pékerman, el director técnico de la selección de fútbol, seleccione a los mejores jugadores de acuerdo a sus méritos, es decir, a sus capacidades y compromiso. Estaría en problemas ante la opinión pública si se llegara a guiar por otros criterios.

Si nos enteráramos de que Pékerman dejó en el banco a  Falcao para que pudiera jugar un primo de su esposa, o  no convocó a James Rodríguez para darle un puesto en la selección a un jugador recomendado por un viejo amigo suyo, o remplazó a Yepes por un defensa que prometió darle la mitad del sueldo a cambio de que lo dejara jugar, todos pondríamos  el grito en el cielo. En poco tiempo la indignación contra Pékerman crecería tanto que su puesto se haría insostenible y difícilmente podría aspirar a volver a ocuparlo.

Nos podríamos preguntar ¿Por qué no exigimos los mismos criterios de selección para los que integran nuestras instituciones públicas? ¿Por qué aceptamos pasivamente que nombren a personas incompetentes o dejen de escoger a las más capacitadas para los cargos públicos? ¿Por qué nos hemos acostumbrado – y a veces incluso apoyamos –que políticos clientelistas y corruptos se adueñen de las instituciones del Estado?  Estas afectan directamente nuestra vida y determinan en gran medida el desarrollo de nuestro país.

Nos afecta, por ejemplo, que los funcionarios públicos que administran los impuestos o las empresas públicas  no sean los más competentes,  o que los profesores no sean escogidos por sus méritos, o  que empresarios honestos no puedan llegar a contratar con el Estado porque no van con recomendaciones políticas o no están dispuestos a pagar sobornos.

El hecho de que en nuestro país no sea la meritocracia la que predomine sino el clientelismo, supone sobrecostos para el presupuesto público, ineficiencia administrativa y en muchos casos pérdida ilegal de los recursos; en pocas palabras, supone menor desarrollo. Algunos países como Brasil, Chile y Costa Rica  están avanzando en este tema y a la vez mejorando notablemente el nivel de vida de sus habitantes. Están trabajando también en ampliar las oportunidades de educación para que la meritocracia no termine beneficiando exclusivamente a los privilegiados.

En el caso de Colombia, tenemos que empezar a soñar con triunfar sobre los que han secuestrado las instituciones públicas y exigir, como lo hacemos con Pékerman, que se elija a los servidores públicos por sus méritos. Sin presión de la opinión pública resultaría bastante improbable que el Congreso –en el que una gran parte de sus miembros sobreviven gracias a las prácticas clientelistas – pueda sacar adelante una reforma administrativa que realmente promueva la meritocracia.

Quizás para los que leemos este periódico y hacemos parte de la opinión pública informada, este punto es evidente, pero para una gran parte de la población no es así. Nuestro deber cívico es ayudar a crear conciencia sobre los efectos negativos del clientelismo y la necesidad de combatirlo para llegar a jugar con los mejores.

viernes, 19 de octubre de 2012

¿Nos está haciendo brutos internet? (II)


Me parece que el mensaje principal de “Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?” es que esta nueva tecnología está permanentemente dispersando nuestra atención y de esa manera dificulta la consolidación e integración de la información en nuestra memoria de largo plazo en donde se fundamenta el pensamiento autónomo, crítico y creativo.

Debido a que esta tendencia es relativamente nueva, todavía falta evidencia concluyente sobre sus efectos a nivel individual y social. Sin embargo, muchos hemos experimentado ciertamente la atracción a estar conectados mucho tiempo, a veces de manera obsesiva. Lo que sacrificamos muchas veces es tiempo para leer y estudiar de manera concentrada, profunda y por tanto provechosa.

¿Nos deberíamos preocupar por esta tendencia? ¿Cómo nos puede afectar esto en un departamento como El Huila específicamente? No se trata de adoptar una posición fatalista o conservadora, sino razonada e incluso preventiva para beneficiarnos de esta nueva tecnología.

Tengo la impresión de que en nuestro departamento las nuevas generaciones no están aprovechando bien estas nuevas tecnologías. Los adolescentes y jóvenes en muchos casos se conectan exclusivamente para interactuar por largas horas en las redes sociales y ver videos musicales. No aprovechan los recursos que la red ofrece, por ejemplo, para aprender otro idioma, profundizar en un área específica, acceder a información que no se encuentra en las bibliotecas, o hacer cursos virtuales gratis para adquirir una habilidad.

Muchos jóvenes no llegan a desarrollar su capacidad de autocontrol y disciplina, tan necesaria en la vida. Las consecuencias por ahora las vemos en los resultados en las Pruebas Saber, en la ortografía, en la capacidad argumentativa y el nivel de movilidad social. En el largo plazo esto puede afectar aún más el alto nivel de pobreza y desigualdad en El Huila.

Si bien este fenómeno se está dando en todo el mundo, los efectos negativos pueden ser mayores en regiones como la nuestra. En algunos países o regiones de Colombia los jóvenes pueden acceder a educación de mejor calidad con niveles más exigentes, a una mayor oferta de actividades culturales y a moverse en ambientes más enriquecedores, por mencionar sólo algunas ventajas.

¿Qué podemos hacer nosotros? Me parece, por una parte, que los padres de familia y profesores deberían ayudar más a los jóvenes a utilizar bien su tiempo libre. Fomentar en ellos el hábito de lectura, el deporte, las artes e incentivarlos a desarrollar sus capacidades intelectuales. Esto exige también esfuerzo y creatividad de parte de los primeros. Por otra parte, se debe motivar la creación de más parques, instalaciones deportivas y artísticas y su permanente mantenimiento.

viernes, 12 de octubre de 2012

¿Nos está haciendo brutos internet? (I)



Nicholas Carr sintió hace algunos años que cuando leía su concentración empezaba a desviarse después de una o dos páginas. Su mente se distraía más fácilmente y tenía que hacer un mayor esfuerzo para seguir el hilo conductor de una lectura. Al mismo tiempo, su cerebro estaba más hambriento y ansioso por alimentarse en internet. 

Carr, con estudios de literatura en Harvard, vio una relación entre los dos hechos y comenzó una investigación profunda del fenómeno que para muchos es bastante familiar. Los resultados los publicó en su libro “Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?”, que obtuvo  el año pasado el prestigioso premio Pulitzer. 

La revolución digital por la que estamos atravesando –que se basa principalmente en la internet – tiene entusiastas y escépticos. Los primeros pregonan que se trata una nueva era dorada de acceso a la información y la participación. Los del otro extremo la consideran como una  nueva era oscura de mediocridad y vanidad. Pero el debate entre ellos, señala el experto, generalmente se centra en el contenido de internet como medio de comunicación y no el medio en sí mismo. 

A todos nos gusta pensar que internet, al igual que otras herramientas tecnológicas, no es ni bueno ni malo en sí, sino que su valor depende del uso que le demos. Pensamos que tenemos el control, que obedece a nuestros deseos conscientes y que es un artefacto neutral. 

Sin embargo, en el largo plazo el medio influye en la forma en que pensamos y afecta biológicamente nuestro sistema nervioso. Carr presenta numerosos estudios científicos que muestran que el cerebro humano es moldeable, incluso el de los adultos. Los circuitos o conexiones entre las células de nuestros cerebros se desarrollan y crecen con el uso o se atrofian y debilitan con el desuso. 

Otras innovaciones tecnológicas ya antes habían cambiado nuestra manera de pensar y entender la realidad como, por ejemplo, el mapa, el reloj, la imprenta y la televisión. Pero, según el autor, nunca había existido un medio como el internet el cual ha sido programado para esparcir ampliamente nuestra atención de manera insistente. A diferencia de aquellas innovaciones, internet ofrece precisamente la clase de estímulos cognitivos y sensoriales –repetitivos, intensos, interactivos, adictivos – que se ha demostrado que resultan en alteraciones rápidas y fuertes en los circuitos y funciones cerebrales.  

La variedad de aplicaciones interactivas y llamativas sobrecargan nuestra memoria de corto plazo, la cual puede almacenar una pequeña cantidad de información. La memoria de largo plazo, por el contrario, no solamente puede guardar una cantidad inmensa de información sino esquemas conceptuales que es en donde los científicos han encontrado que se fundamenta el entendimiento. Al organizar pedazos de información en patrones de conocimiento, los esquemas dan profundidad y enriquecen nuestro pensamiento. Es por ello que el ambiente distractor en internet dificulta la habilidad para transferir información de la memoria de corto plazo a la de largo plazo y entrelazarla en esquemas conceptuales. El resultado es que nuestro conocimiento permanece superficial.


viernes, 5 de octubre de 2012

Sociedad civil y protección de lo público


Durante esta semana los huilenses recibimos varias noticias relacionadas con la corrupción y la ineficiencia en el manejo de los recursos públicos. Aunque para muchos esto ya no representa ninguna novedad, quisiera retomar primero algunos casos para resaltar después la urgencia de que la sociedad civil despierte en el Huila.

Por un lado, la Universidad Surcolombiana interpuso una demanda, promovida por su Consejo Superior,  para reclamar $22.672 millones de pesos que la Gobernación del Huila no le ha girado en los últimos 18 años y que necesita para cumplir su objetivo de ofrecer una educación de calidad.

Por otro lado, la Procuraduría confirmó la destitución e inhabilidad por 13 años del exgerente de la Lotería del Huila por irregularidades en procesos de contratación que desmejoraron los ingresos de la entidad y, por tanto, del sector de la salud en el Departamento. La investigación la había iniciado la Procuraduría gracias a un anónimo que denunció el caso.

Por último, la Contraloría encontró sobrecostos de alrededor $8000 millones en el contrato que suscribieron el año pasado la Gobernación del Huila y el Comité Departamental de Cafeteros para la prestación del servicio de restaurantes escolares. Este diario denunció con base en los testimonios de profesores, estudiantes y padres de familia las múltiples irregularidades y presuntas actividades ilícitas hechas para favorecer a los contratistas involucrados.

Los tres casos nos recuerdan que el clientelismo y la corrupción pueden afectar negativamente sectores prioritarios para el desarrollo de nuestro departamento, como son la salud y la educación. Todos coincidimos en eso. Sin embargo, no todos tenemos la misma reacción.

Muchos reaccionan aumentando su apatía y desinterés por lo público y la política –en realidad, debería ser por la politiquería.  Otros terminan pensando que esta cultura de la ilegalidad es algo que no se puede cambiar y que, por ende, no vale la pena denunciar o tratar de confrontarla. Incluso llegan a la conclusión de que la única actitud inteligente es también aprovechar para beneficio privado los recursos públicos.

Al final estas dos actitudes terminan ayudando a los politiqueros tradicionales que junto con sus cómplices ven los recursos públicos y la burocracia como un activo que les pertenece. La apatía y la indiferencia ciudadana les da el ambiente propicio para seguir robando y manteniendo al Departamento en el estado de subdesarrollo en que se encuentra – sí, así tal cual, reconozcámoslo: el Huila no progresa de la manera en que podría hacerlo.

En otras partes del mundo y regiones de Colombia, la sociedad civil –estudiantes, profesores, gremios, ONGs, asociaciones sin ánimo de lucro - está teniendo una participación más activa en los asuntos públicos.  Las tecnologías de la información han facilitado esta tendencia. Hoy en día es más fácil denunciar, fiscalizar, proponer, buscar apoyos.

En el caso del Huila deberíamos pensar, ¿Qué hace falta para que la sociedad civil despierte­­­ realmente?, ¿Cómo podemos ir promoviendo su fortalecimiento­?, ¿Cómo podemos ir cambiando la mentalidad conformista y pasiva?, ¿Cómo podemos empezar a cambiar la cultura de la ilegalidad y quitarle el aire a los que viven inmersos en ella?

viernes, 28 de septiembre de 2012

Brasil: El gigante que no vemos


Hace poco tuve la oportunidad de trabajar durante cuatro meses en Brasil. Esa experiencia me permitió contrastar con la realidad la visión optimista con la que llevaba analizando al gigante del sur desde tiempo atrás. Aunque ahora mi optimismo es un poco más moderado, continuo pensando que en Colombia no le hemos dado la importancia que se merece.

Actualmente Brasil es la sexta economía del mundo y se espera que antes del 2015 desbanque a Francia del quinto lugar. Con una población de 200 millones de habitantes y una clase media en aumento, ofrece un mercado interno atractivo para muchos inversionistas.

Es un país muy rico en recursos naturales y uno de los principales exportadores de productos minerales y agrícolas. Dentro de unos años se convertirá en un exportador neto de petróleo y gas debido a los yacimientos de petróleo y gas que encontró recientemente en el Atlántico.

Algunos hablan de un “milagro agrícola” en Brasil. A través de una fuerte inversión en investigación científica y un plan sistemático liderado por la agencia gubernamental Embrapa, en menos de 30 años Brasil pasó de ser un importador de alimentos a ser uno de los mayores exportadores – el primer país tropical en retar a los cinco grandes exportadores de alimentos (Estados Unidos, Canadá, Australia, Argentina y la Unión Europea).

También ha logrado crear empresas de talla mundial como Embraer – que construye aviones y helicópteros –, Petrobras, Votorantim y Natura. Es líder mundial en la industria de biodiesel. Varias de sus universidades aparecen en los primeros puestos de los rankings de las mejores universidades de América Latina – la Universidad de São Paulo es la única de la región que aparece entre las 200 mejores del mundo.

No obstante, el gigante del sur enfrenta retos importantes para llegar a alcanzar el nivel de bienestar económico de los países desarrollados. El costo de hacer negocios continua siendo  muy alto. De acuerdo al ranking mundial Doing Business elaborado por el Banco Mundial y que mide la facilidad para abrir y operar un negocio, Brasil ocupa el puesto 126 entre  183 países.

De igual forma, el nivel de pobreza y desigualdad todavía es muy alto a pesar de que se redujo significativamente durante la última década. La pésima infraestructura también genera cuellos de botella al sector industrial y turístico. Sin embargo, se espera que las inversiones previstas y relacionadas con el mundial de futbol en el 2014 y los juegos olímpicos en el 2016 contribuyan a reducir este problema. A la lista de problemas se suman la baja productividad, la deficiente calidad de la educación básica y la corrupción.

Aunque el comercio de Colombia con Brasil ha venido aumentando durante los últimos años – con una balanza comercial negativa persistente – aún dista mucho de lo que podría llegar a ser. Los empresarios que no lo han hecho deberían empezar a analizar oportunidades de negocio. La relativa afinidad cultural representa una ventaja. También se debe empezar a incentivar desde ya el aprendizaje del portugués.

¿Debe el Estado pagar las consultas internas de los partidos?

El Estado colombiano ya destinó $70 mil millones para las elecciones en las que algunos partidos harán sus consultas internas el próximo 30 de septiembre. Este mecanismo de participación ciudadana se creó con el objetivo de fortalecer los partidos políticos y por tanto la democracia. Tradicionalmente la abstención en este tipo de votaciones es mucho mayor que en las ordinarias – sólo alrededor del 8% del electorado sale a votar. Ya es común que al día siguiente lluevan las críticas por el alto costo que implican para el Estado y su aparente inutilidad.

 En teoría, este tipo de consultas populares permiten que los partidos se acerquen más a los electores ya que estos pueden elegir directamente a sus directivos de los o a los candidatos que quieren que los represente en las elecciones ordinarias. También pueden abrir oportunidades a jóvenes que quieran entrar a la política sin utilizar las maquinarias y mañas tradicionales.

En la práctica, sin embargo, dada las características actuales de nuestra democracia, estos ejercicios no dejan de ser una simple formalidad. A pesar de la aparente democracia representativa de la que gozamos, todavía los partidos son muy débiles y deficientes a la hora de representar y canalizar los intereses de sus electores. El clientelismo sigue siendo la base de la política en Colombia y alimentando la corrupción. Los partidos ven a sus votantes como una clientela a la cual tienen que comprar el día de elecciones. Después, por lo general, no hay rendición de cuentas ni ninguna relación consistente. Esto facilita que el poder real dentro de los partidos termine en manos de un reducido grupo de políticos o incluso de una familia.

Esta clase de consultas, por otro lado, las podrían realizar los partidos de otra forma – por ejemplo, utilizando medios electrónicos o recogiendo firmas entre sus afiliados. De esta manera se podría evitar que el Estado incurra en gastos elevados que no se ameritan dada la situación actual de la democracia. Evidentemente esos recursos se pueden invertir en otras necesidades prioritarias. Me parece que una de ellas es la educación, la cual está relacionada fuertemente con el objetivo de profundizar la democracia. Es preciso invertir más en la educación pública. Por ejemplo, da vergüenza que la Universidad Nacional de Colombia no cuente con un hospital propio para los estudiantes del área de la salud. En la provincia –en donde las prácticas clientelistas son más fuertes y el voto de opinión más escaso – la educación tiende a ser de baja calidad y a veces ha emporado debido a los esfuerzos de ampliar la cobertura.

Para que nuestras instituciones democráticas dejen de ser meras formalidades y se avance hacia una democracia real se requiere primero que el ciudadano promedio conozca y tenga la capacidad de exigir libremente sus derechos y de cumplir sus deberes de manera responsable.

sábado, 15 de septiembre de 2012

El viaje del alcalde

Recientemente el alcalde de Neiva junto con algunos concejales y empresarios de la ciudad viajaron a Rio de Janeiro, Curitiba, Santiago de Chile y Buenos Aires. El motivo del viaje, según los participantes, era conocer políticas públicas exitosas en temas relacionados principalmente con la movilidad y el turismo que se puedan adaptar en Neiva.

Este viaje en el que, según el alcalde los participantes asumieron los gastos, es una iniciativa interesante. Si se sabe aprovechar puede ser bastante positiva para ayudar a que se materialice el proyecto de que Neiva progrese y se constituya en un polo de desarrollo para el resto del departamento del Huila.

Primero, este tipo de experiencias abren la visión parroquial que muchas veces nuestros gobernantes y empresarios tienen, acostumbrados a ver las mismas estrategias y políticas administración tras administración. Conocer otros contextos, escuchar cómo se diseñó una estrategia de desarrollo y ver su implementación en vivo y en directo puede ayudar a dar ideas sobre cómo romper con la inercia y crear nuevas fuentes de desarrollo en Neiva.

Segundo, es importante que el sector público trabaje estrechamente con el sector privado, con los empresarios. Las políticas de la alcaldía deben estar encaminadas a facilitar la creación de nuevos negocios y el fortalecimiento de los existentes. Este tipo de encuentros permiten que los participantes se conozcan mejor y establezcan relaciones más cercanas que, bien empleadas, pueden redundar en equipos de trabajo más eficientes y creativos.

Ahora le corresponde a la administración y a los empresarios enfocarse en identificar y remediar las barreras más importantes que se deben superar para generar desarrollo y concretamente incentivar el turismo en Neiva.

En este sentido, un punto que quisiera ahora resaltar es la necesidad de promover el bilingüismo (inglés) en los colegios y los programas de formación técnica. Si realmente se aspira a que en el largo plazo el turismo sea uno los principales sectores de desarrollo para Neiva y el Huila, es necesario hacer un mayor énfasis en esta barrera. No basta con dar capacitaciones esporádicas a algunos profesores de inglés.

Es preciso crear planes de incentivos más amplios y ayudar a tomar conciencia de la importancia que hoy en día tiene el dominar, por lo menos a un nivel intermedio, el inglés. Por un lado, una población con un nivel decente de inglés permite atraer más fácilmente turistas con poder adquisitivo. Por otro, el manejo del inglés es indispensable casi en toda área de formación para acceder a conocimiento relevante para la innovación y la creación de nuevos negocios.

El alcalde y sus acompañantes deben aprovechar ahora la inspiración que recibieron y empezar a pensar en grande. Ya la alcaldía de Medellín, por ejemplo, diseño y emprendió un ambicioso proyecto de bilingüismo.

sábado, 1 de septiembre de 2012

No más idiotas sabios en economía

Esta semana asistí a la primera clase de un curso de postgrado sobre desarrollo económico. Durante la introducción la profesora señaló que el curso sólo iba a tratar la parte positiva y no la normativa. Con lo primero los economistas se refieren a “lo que es” o a lo descriptivo, mientras que con lo segundo a “lo que debe ser” o a lo valorativo. El análisis positivo, según la profesora, se refiere principalmente a la eficiencia y el análisis normativo a la justicia. Desde hace algunas décadas, especialmente con el impulso de Milton Friedman, el enfoque positivista ganó bastante fuerza dentro de la economía, la cual se volvió al mismo tiempo cada vez más cuantitativa. Años después, en todo curso de introducción a la economía ya se enseñaba que para hacer un estudio serio y riguroso de la economía se requería dejar a un lado consideraciones morales o cualquier juicio de valor.

 Esta concepción o narrativa neoclásica se convirtió en la sabiduría convencional en la economía. Otros enfoques metodológicos se comenzaron a despreciar o desestimar. Progresivamente los postulados neoclásicos se convirtieron en dogma, en verdades irrefutables soportadas por métodos de análisis sofisticados y objetivos, libres de opiniones y apreciaciones subjetivas de dudoso valor científico, según sus defensores.

 Algunas voces aisladas se alzaron en contra de esta visión limitada y dogmática, sobretodo después de la crisis económica global que comenzó en el 2007 y que evidenció varios de las limitaciones y problemas del modelo económico predominante. La carta de algunos estudiantes inscritos en un curso de economía en Harvard llegó a ser famosa – algunos años antes, estudiantes de Cambridge ya se habían manifestado en términos similares. La sociedad comenzó a percibir más claramente que muchas de las bases conceptuales del modelo actual pueden generar una inestabilidad excesiva en todo el sistema y no son sostenibles en el largo plazo. Una consecuencia negativa ha sido el alarmante nivel de desigualdad en muchos países. Un reporte de Naciones Unidas, por ejemplo, señaló la semana pasada que la desigualdad de ingresos permanece extremadamente alta en Latinoamérica al igual que la informalidad laboral, la cual afecta principalmente a los jóvenes y a las mujeres. En Colombia, en particular, la informalidad ha aumentado incluso durante los períodos de buen desempeño económico según el informe.

 Por todo lo anterior, me sorprendió mucho que en un curso de economía –en una de las veinticinco mejores universidades del mundo en esa área - todavía se siga enseñando lo mismo y formando idiotas sabios, es decir, estudiantes que manejan herramientas de análisis muy sofisticadas pero que no son capaces de evaluar el impacto real de las políticas económicas en la sociedad teniendo en cuenta aspectos morales y normativos que, como seres humanos, no podemos ignorar. Como dice Tomas Sedlacek en Economics of Good and Evil, “la economía es predominantemente un área normativa. No sólo describe el mundo sino que es frecuentemente sobre cómo debe ser el mundo”

sábado, 18 de agosto de 2012

Pedimos la palabra en medio de la polarización

Durante las últimas semanas se ha hecho más clara la ruptura de la relación entre el presidente Santos y el expresidente Uribe. A raíz de este enfrentamiento se han radicalizado las posiciones de muchos sectores de la sociedad y de la opinión pública, hasta el punto que se percibe un creciente proceso de polarización en el país. Si ese proceso se acentúa, el país corre el riesgo de perder tiempo y oportunidades para resolver sus problemas más apremiantes –desigualdad social, conflicto armado y debilidad institucional.

Es en este contexto que la semana pasada se reunieron en Medellín algunos colombianos –políticos, periodistas, empresarios y académicos – que, aunque tienen diferentes visiones, comparten la opinión de que “lo que necesita el país no es la reconciliación de personalismos, sino la reconciliación de la política con las aspiraciones de la ciudadanía”. Este grupo que se ha hecho llamar “Pedimos la palabra” manifestó que su objetivo principal es recuperar el sentido público, ético y representativo de la política. Si bien su declaración final es bastante general y no presenta propuestas concretas, por lo menos es una iniciativa que busca abrir espacios de controversia y discusión seria sobre los problemas que enfrenta el país.

Los políticos que deberían estar dando ese debate no tienen una visión acertada de país porque andan más preocupados por sus intereses clientelistas y burocráticos, así tengan que alinearse a idearios extremistas. Enhorabuena, por tanto, surge esta iniciativa de diálogo moderado ya que la polarización social – es decir, ese proceso en que los ciudadanos asumen posiciones en los “polos” o extremos del espectro ideológico – es muy peligrosa para Colombia sobretodo en este momento.

En general, las ideologías extremistas incitan al fanatismo, a la negación del que piensa diferente, a quien se le empieza a catalogar como enemigo. Se cierran las puertas al debate y la discusión de ideas pues ya no se cuestionan los argumentos sino que se ataca directamente a las personas. Es así que al que piensa diferente se le trata de estigmatizar, se le desprecia y desacredita por su procedencia, su clase social, su pertenencia a un partido o movimiento social. Las ideas del “otro” no se escuchan porque provienen de un “oligarca”, un “mamerto”, un “resentido social”, la “indiamenta” o un “ricachón”.

Toda ideología o forma de pensar cerrada que lleve a despreciar al que es indiferente, no puede ser saludable para una sociedad democrática. Como escribió recientemente el ex-Primer Ministro británico Tony Blair, la democracia no es solamente un sistema de votación, sino una actitud de mente abierta. De aquí que sea ciertamente necesario recuperar el sentido colectivo y representativo de la política, que los ciudadanos libres de aquellas posiciones fanáticas que segregan no permanezcamos indiferentes y pasivos, sino que pidamos la palabra.

viernes, 27 de julio de 2012

La civilización del espectáculo

La semana pasada se dio una polémica en  Colombia debido a la transmisión de escenas violentas en el reality Protagonistas de Novela. Muchas personas expresaron inconformismo con los realities en general aduciendo que motivan la violencia y la superficialidad. Otras lo ven  simplemente como un nuevo género televisivo que entretiene. Este mismo debate se ha dado  también en otros países en donde esta clase de programas ha sido un éxito comercial.

En medio de la controversia me parece muy oportuno resaltar algunas de las ideas que expone   Mario Vargas Llosa en su último libro llamado La Civilización del Espectáculo, concepto que define como la cultura  donde el entretenimiento ocupa el primer lugar en la tabla de valores y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es el objetivo. Aunque ese ideal de vida puede ser legítimo, convertir esa tendencia natural a pasarlo bien en un valor supremo tiene, según el nobel de literatura, consecuencias inesperadas: la banalización de la cultura, la generalización de la frivolidad y, en el campo de la información, la proliferación del periodismo irresponsable de la chismografía y el escándalo. Es en este contexto cultural en donde surgieron los realities.

Vargas Llosa sostiene con atino que no existe forma más eficaz de entretener y divertir que explotando las bajas pasiones de la gente a través del  escándalo, la infidencia, el chisme, la violación de la privacidad, el sexo e, incluso, la calumnia y la mentira. Ello va produciendo un trastorno recóndito de las prioridades: las noticias pasan a ser importantes o secundarias principalmente no tanto por su significación económica, política, cultural y social como por su carácter novedoso, sorprendente, insólito, escandaloso y espectacular.

Para el afamado escritor peruano, se ha creado una cultura de masas que busca ofrecer novedades accesibles para el público más amplio posible y que distraigan a la mayor cantidad posible de consumidores. Su intención es divertir y dar placer, posibilitar una evasión fácil y accesible para todos, sin necesidad de formación alguna, sin referentes culturales concretos y eruditos. Eso facilita la producción industrial masiva y, por tanto, el éxito comercial de los productos asociados a esa cultura ya que reduce los costos. Es una civilización light que ha dado a la frivolidad la supremacía que antes tuvieron las ideas y las realizaciones artísticas. La frivolidad se convierte en una manera de entender el mundo, la vida, según la cual todo es apariencia,  teatro,  juego y diversión.

Esa cultura que se pretende avanzada, señala Vargas Llosa, en verdad propaga el conformismo a través de sus peores manifestaciones: la complacencia y la autosatisfacción. Es una cultura que propicia el menor esfuerzo intelectual, no preocuparse ni angustiarse ni, en última instancia, pensar, y más bien abandonarse, en actitud pasiva. Los televidentes se vuelven cada vez más alérgicos a un entretenimiento que los exija intelectualmente, que enriquezca el espíritu y que prepare para disfrutar la vida real. ¿Es esa la clase de cultura que necesitamos para desarrollarnos humanamente?