Hace poco
fue publicado el reporte de un taller que realizaron en el Reino Unido
conjuntamente la Academia de Ciencias Médicas, la Academia Británica, la
Academia Real de Ingeniería y la Sociedad Real de ese país sobre el
mejoramiento humano y el futuro del trabajo (ver vínculo aquí).
El
término “mejoramiento humano” –el cual no está libre de críticas y se podría remplazar
por “modulación humana” – hace referencia a nuevas tecnologías diseñadas o
utilizadas para restaurar o mejorar el desempeño humano, superando de esa
manera las limitaciones de su funcionamiento en aspectos como la memoria, la
audición o la movilidad.
Estas
tecnologías surgen de un amplio rango de disciplinas como la biotecnología, la
ingeniería de tejidos, las neurociencias y la computación. Algunos ejemplos son
los medicamentos que optimizan el proceso
de cognición para acrecentar la memoria y la concentración; software comercial
para entrenar el cerebro; ayudas auditivas o implantes de retina para mejorar la percepción
sensorial o extremidades biónicas para
restaurar la movilidad.
La creciente
utilización de estas tecnologías puede influir en la habilidad del individuo
para aprender o realizar ciertas tareas y quizás incluso para entrar a una
profesión; trabajar de manera más
eficiente, por más tiempo, en condiciones más extremas o en una edad avanzada; reducir
las enfermedades relacionadas al trabajo o facilitar el retorno al trabajo
después de una enfermedad.
Varios
países desarrollados han empezado a ver con mayor interés estas tecnologías ya
que para muchos de ellos el envejecimiento de su población es una amenaza seria.
El Reino Unido, por ejemplo, tiene 10 millones de personas por encima de los 65
años, cifra que podría aumentar, según el reporte, en aproximadamente 5.5
millones en los próximos 20 años hasta llegar a 19 millones en el 2050.
Aunque
estas tecnologías pueden representar oportunidades, también suscitan muchos
retos en materia ética, social, política, de salud y seguridad. Por ejemplo,
¿existen circunstancias en donde los mejoramientos deben ser promovidos o
incluso obligatorios porque el trabajo involucra responsabilidad por la
seguridad de otros como en el caso de los conductores de bus o los pilotos de
avión?
Según los
participantes, es necesario distinguir la fiebre de mercado de la realidad y no
sobredimensionar estas tecnologías emergentes que tienden a aprovechar la
esperanza de muchas personas. Algunos sostuvieron que la precaución y el
escepticismo sostienen la ciencia robusta y facilitan una discusión más
productiva. . En general, estas tecnologías de mejoramiento pueden llegar a
cambiar considerablemente la forma en que trabajamos y, por tanto, la sociedad
debe participar en un diálogo abierto sobre su utilización.
En ese
sentido, es necesario entender los posibles peligros. Por ejemplo, todavía no
existen estudios que analicen el impacto de largo plazo y los efectos
secundarios de los medicamentos utilizados por individuos saludables para
mejorar sus capacidades cognitivas – las costosas campañas publicitarias de las
farmacéuticas tienden a resaltar algunos aspectos supuestamente positivos. Por
eso para muchos de nosotros la educación y el ejercicio físico continuarán siendo
los mecanismos confiables para mejorar nuestras capacidades cognitivas y
desempeño en el trabajo.
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