sábado, 17 de noviembre de 2012

Mejoramiento humano y futuro del trabajo



Hace poco fue publicado el reporte de un taller que realizaron en el Reino Unido conjuntamente la Academia de Ciencias Médicas, la Academia Británica, la Academia Real de Ingeniería y la Sociedad Real de ese país sobre el mejoramiento humano y el futuro del trabajo (ver vínculo aquí). 

El término “mejoramiento humano” –el cual no está libre de críticas y se podría remplazar por “modulación humana” – hace referencia a nuevas tecnologías diseñadas o utilizadas para restaurar o mejorar el desempeño humano, superando de esa manera las limitaciones de su funcionamiento en aspectos como la memoria, la audición o la movilidad. 

Estas tecnologías surgen de un amplio rango de disciplinas como la biotecnología, la ingeniería de tejidos, las neurociencias y la computación. Algunos ejemplos son los medicamentos que optimizan  el proceso de cognición para acrecentar la memoria y la concentración; software comercial para entrenar el cerebro; ayudas auditivas o  implantes de retina para mejorar la percepción sensorial o  extremidades biónicas para restaurar la movilidad. 

La creciente utilización de estas tecnologías puede influir en la habilidad del individuo para aprender o realizar ciertas tareas y quizás incluso para entrar a una profesión;  trabajar de manera más eficiente, por más tiempo, en condiciones más extremas o en una edad avanzada; reducir las enfermedades relacionadas al trabajo o facilitar el retorno al trabajo después de una enfermedad.
Varios países desarrollados han empezado a ver con mayor interés estas tecnologías ya que para muchos de ellos el envejecimiento de su población es una amenaza seria. El Reino Unido, por ejemplo, tiene 10 millones de personas por encima de los 65 años, cifra que podría aumentar, según el reporte, en aproximadamente 5.5 millones en los próximos 20 años hasta llegar a 19 millones en el 2050.

Aunque estas tecnologías pueden representar oportunidades, también suscitan muchos retos en materia ética, social, política, de salud y seguridad. Por ejemplo, ¿existen circunstancias en donde los mejoramientos deben ser promovidos o incluso obligatorios porque el trabajo involucra responsabilidad por la seguridad de otros como en el caso de los conductores de bus o los pilotos de avión?

Según los participantes, es necesario distinguir la fiebre de mercado de la realidad y no sobredimensionar estas tecnologías emergentes que tienden a aprovechar la esperanza de muchas personas. Algunos sostuvieron que la precaución y el escepticismo sostienen la ciencia robusta y facilitan una discusión más productiva. . En general, estas tecnologías de mejoramiento pueden llegar a cambiar considerablemente la forma en que trabajamos y, por tanto, la sociedad debe participar en un diálogo abierto sobre su utilización. 

En ese sentido, es necesario entender los posibles peligros. Por ejemplo, todavía no existen estudios que analicen el impacto de largo plazo y los efectos secundarios de los medicamentos utilizados por individuos saludables para mejorar sus capacidades cognitivas – las costosas campañas publicitarias de las farmacéuticas tienden a resaltar algunos aspectos supuestamente positivos. Por eso para muchos de nosotros la educación y el ejercicio físico continuarán siendo los mecanismos confiables para mejorar nuestras capacidades cognitivas y desempeño en el trabajo.

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