domingo, 12 de mayo de 2013

Partido Verde: Madurar o quedarse biche


Últimamente se ha venido hablando de cómo los partidos pequeños podrían desaparecer en las próximas elecciones legislativas si no obtienen el número de votos necesarios para superar el nuevo umbral del tres por ciento. Uno de los partidos afectados es el Partido Verde. Como lo informó La Silla Vacía, los verdes están viendo varias alternativas para enfrentar ese reto. Una de ellas es buscar un acercamiento con Antanas Mockus y Sergio Fajardo, líderes naturales que se distanciaron del partido.

El Partido Verde y, en particular, la Ola Verde representaron en su momento el sentimiento de cansancio y rechazo de gran parte de la sociedad colombiana – sobre todo de los jóvenes – hacia la politiquería, el clientelismo y la corrupción. Desafortunadamente el oportunismo político y la falta de coherencia de algunos de los líderes del partido no permitieron que este proyecto esperanzador se consolidara.  Hoy el partido debe aprovechar la coyuntura para encontrar su esencia de nuevo y ofrecer una  verdadera alternativa política.

Lo primero que debe hacer es transformar el modelo mental de sus miembros con respecto a la forma de hacer política. Debe rechazar decididamente la política tradicional basada en las clientelas, los padrinos políticos, el tamal y el ofrecimiento oscuro de puestos y contratos. Mientras no reconozcan que es posible dignificar la política y estén dispuestos a jugar en otros términos,  seguirán ofreciendo un partido más del montón. Los líderes políticos deben dejar su mentalidad parroquial y convencerse de que es posible cambiar la política. Sergio Fajardo, por ejemplo, ha demostrado claramente que se puede administrar la cosa pública de manera honesta, transparente y eficiente.

Colombia necesita partidos modernos. Ya no estamos en los sesenta: la clase media en Colombia ha crecido y empieza a reconocer sus derechos, a demandar eficiencia y resultados. Un partido moderno debe estar conectado permanentemente con las bases – no solamente en épocas de elecciones. Por ejemplo, los verdes podrían ver cómo el Presidente Obama  está aprovechando los resultados de su campaña para fortalecer Organizando para la Acción (OFA, en inglés), un movimiento de base que busca movilizar el apoyo de la sociedad a su agenda política. Un partido moderno también debe servir como un ‘laboratorio de ideas’ en el que sus miembros se retroalimentan sobre buenas prácticas en la administración y sobre el diseño y evaluación de políticas públicas. De igual forma, el partido debe asumir con seriedad la causa ambiental que le daría legitimidad y consistencia.

Por último, su institucionalidad se debe fortalecer para evitar el efecto negativo de los personalismos, dar representación a las regiones y tener en cuenta las bases. Los candidatos escogidos por su reputación y preparación profesional deben recibir una formación profunda en los principios y la visión del partido, en vez de limitarlos a cursos de marketing político. En fin, los verdes deben tener claro que para volver a treparse en la ola deben ser consecuentes con los principios del partido.