jueves, 3 de julio de 2014

Aprendiendo a escribir: ISPE

Hace dos años empecé a escribir esta columna semanal. Gracias a ella he ido descubriendo los diferentes beneficios de escribir, ejercicio que requiere y, a la vez, otorga disciplina, constancia y espíritu crítico.

Leyendo al inicio sobre cómo escribir columnas de opinión descubrí que no hay reglas o estándares fijos y que cada escritor le imprime su propio estilo – el cual, como todo, se puede ir puliendo con el tiempo.

Encontré, sin embargo, algunos aspectos que considero relevantes a la hora de escribir cada artículo: idea, sencillez, propuestas y ejemplos, los cuales memorizo como ISPE por sus iniciales.

Idea. El artículo debe transmitir una idea concreta y clara. Es muy fácil opinar sobre algo y empezar a divagar señalando muchas cosas pero sin transmitir una idea concisa al lector o sin tomar una posición clara sobre el tema. El lector después de leer el artículo debería saber con claridad cuál era el objetivo del autor o qué era lo que quería transmitir.

Sencillez. Un buen escrito debe ser sencillo y fácil de entender por cualquier persona. La posmodernidad hizo pensar a algunos que un escrito era mejor entre más palabras rebuscadas e incomprensibles tuviera. No obstante, ocurre lo contrario: el buen escritor transmite sus ideas de manera sencilla de tal forma que cualquier persona las comprenda.

Propuestas. Intentar ser propositivo. Estamos en una sociedad en donde la criticadera se ha convertido en una moda. En las redes sociales y en artículos de opinión es ya común ver expresiones como “Qué tristeza qué…”, “Qué lástima que mi país…” Señalar los errores o falencias es un ejercicio incompleto sino hacemos el esfuerzo de proponer alternativas de solución sustentadas con argumentos sólidos.

Ejemplos. En línea con lo anterior, dar ejemplos de posibles soluciones, de casos exitosos, de buenas prácticas o de opiniones de expertos es una buena forma de ilustrar las posibles soluciones, de abrir nuevas perspectivas para tratar de resolver los problemas y de aterrizar la discusión o el análisis en casos concretos.

En general, escribir ha sido un ejercicio muy enriquecedor para mi. Me ha obligado a ser más perceptivo y a tratar de no quedarme en los clichés, en los lugares comunes, en las frases de cajón, en los análisis simplones o en la tentación de opinar por opinar.

Lograr esto requiere mucho esfuerzo porque el tema de cada artículo debe ser de interés general, idealmente de coyuntura. Pero eso hace que muchas veces se tenga que opinar “en caliente” – sin haber reflexionado con calma – o sin contar con la suficiente información. También porque para no ser monotemático, el columnista debe tratar de hablar de temas diversos, obligándolo a salir de su zona de confort.

De ahí que el tratar de escribir bien – de manera interesante, persuasiva y profunda – lo obliga a uno a mantenerse intelectualmente activo, analizando los acontecimientos desde diversos puntos de vista y leyendo bastante. Al mismo tiempo, se debe intentar ser mesurado a la hora de cuestionar algo, teniendo en cuenta que es muy fácil cuestionar desde la barrera las acciones de aquellos que están en la cancha.


Por último, pero no menos importante, escribir una columna le permite a uno recibir retroalimentación de sus lectores intercambiando opiniones, contra-argumentando o analizando otros puntos de vista. Esto lo enriquece a uno de sobremanera, siempre y cuando se haga con respeto y con argumentos. Por todo lo anterior, siempre serán bienvenidas sus opiniones y correcciones en esta columna.

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