No sería sorprendente que hoy la
Unidad Regional se proclamara victoriosa una vez más en el Huila. Digo una vez
más porque ya desde hace tiempo ha gobernado el Departamento. Como sucedió con
el Frente Nacional, los dirigentes de los principales partidos nuevamente han hecho
acuerdos para repartirse los contratos y la burocracia. La diferencia es que
esta vez hicieron el pacto de manera más abierta, a pesar de que al final lo
hayan querido presentar como una
respuesta al “clamor” de la sociedad civil. ¿Cómo va ser así si ni siquiera
tienen en cuenta a sus propias bases partidistas en las decisiones?
A la mayoría de politiqueros los
une estrechamente la forma de hacer política. Una política dañina basada en comprar
votos, ofrecer puestos y favorecer con contratos a quienes financian sus campañas.
Para ver los resultados sólo hay que salir a la calle y ver el escaso progreso.
No sorprenden porque esa forma de hacer política se alimenta precisamente de la
pobreza, la falta de movilidad social y la corrupción.
La maquinaria que manejan es un
tigre que esta vez no solamente va a pelear contra burro amarrado sino también
amordazado ya que se las ingeniaron para que se prohibiera hasta la propaganda
a favor del voto en blanco. ¡Colombia es realismo mágico! A pesar de eso han
invertido en la campaña una formidable cantidad de recursos. ¡A que no adivina
cómo van a recuperar esa inversión! El que no quiera ver que no vea. Cuando el
paciente no mejora sino que cada vez empeora más, resulta indispensable cambiar
de médico. No esperemos que los que nos trajeron a esta situación nos saquen de
la misma.
Independientemente de si gana o
no, el inusitado apoyo al voto en blanco es una luz de esperanza para los que
soñamos con ver al Huila liberado de estos carteles políticos que lo han secuestrado.
El hecho de que algunas persona con otros intereses estén apoyando también el
voto en blanco no deslegitima en lo más mínimo el generalizado sentimiento de
rechazo y hastío de la ciudadanía. Esos carteles ya se están dando cuenta de
que tarde o temprano no podrán continuar aprovechándose alegremente de las necesidades y falta de
cultura política de un sector de la población.
De nosotros depende que sea más
temprano que tarde. A los huilenses que estamos convencidos de que la verdadera política, decente y digna, puede llevar a un Huila más próspero y justo,
nos corresponde empezar a trabajar desde ya para facilitar el surgimiento de
nuevos liderazgos. La próxima oportunidad debemos apoyar a grupos políticos que
presenten propuestas concretas, serias, bien estudiadas, con visión y
respaldadas con una reputación de integridad. Sí podemos.
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