Esta semana
el noticiero CM& presentó una crónica sobre cómo Neiva es una de las
ciudades que más contamina al rio Magdalena ya que vierte sus desechos y aguas
servidas directamente en él (https://www.youtube.com/watch?v=D1F5T9e2GAE).
Debido a
esa realidad, la Administración Municipal pretende construir una Planta de
Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR). El problema es que el proyecto, tal
como está planteado, afectaría en
particular a los residentes de la Comuna Uno debido a los malos olores y en
general aumentaría considerablemente el valor del recibo del agua para todos
los neivanos.
Primero, el
alcalde y el gerente de EPN insisten en que la PTAR se construya al lado
derecho del puente Santander, contrariando las normas legales que exigen que
este tipo de proyectos se ubiquen fuera del área urbana. En este caso los
residentes de los barrios Camilo Torres, California, El Triángulo, Cándido
Leguízamo, Villa del Rio, Santa Inés, Amborco y la misma Universidad
Surcolombiana, entre otros, se podrían ver afectados por los efectos
ambientales nocivos. Además el terreno no permitirá las ampliaciones que se
requerirían después, estaría expuesto a riesgos de inundación y podría tratar
tan sólo el 70% de las aguas servidas de Neiva.
Segundo, el
sistema de PTAR defendido por la Administración presenta costos de
construcción, operación y mantenimiento mucho más altos que otros sistemas
viables para Neiva. Como la ley exige que el usuario pague la totalidad de los
costos de tratamiento, este sistema implicaría facturas bastante costosas para
los neivanos y posiblemente la pérdida de los recursos invertidos en el
proyecto.
El Comité
de Veeduría Ciudadana de Neiva, integrado por profesionales expertos en el tema
y con intachable reputación, ha venido desde hace años cuestionando de manera
persistente y admirable presuntas irregularidades del proyecto y presentando
alternativas mucho más benéficas para la ciudad.
El Comité
ha insistido, por ejemplo, en que se evalúe un sistema de lagunas de oxidación
como alternativa al sistema compacto defendido por la Administración. El
primero costaría alrededor de $64.000 millones y sería más barato de operar ya
que funciona con energía solar, recurso de cero costo (y ¡abundante en Neiva!),
mientras que el último costaría $133.702 millones, tendría una vida útil más
corta y sería más costoso de operar ya que funciona a través de equipos
electromecánicos con un alto consumo de energía eléctrica.
Con las
lagunas de oxidación el incremento mensual en la factura de los usuarios sería
de alrededor de $5.000 pesos y con el sistema defendido por la Alcaldía sería
de alrededor de $70.000 pesos. Estas son las dos opciones que tienen los
funcionarios a cargo del proyecto de la PTAR. Ni los concejales de Neiva ni los
llamados “entes de control” se han manifestado de manera contundente sobre el
asunto.
De igual
forma, el Comité ha cuestionado el hecho de que el contratista tenía que entregar
los resultados del estudio en siete meses, pero ya han pasado más de tres años
y la Administración no ha declarado la caducidad del contrato. Más aún cuando
Fernando Silva Gómez, director del proyecto, no responde a cabalidad las observaciones
hechas por especialistas en el tema, como son los reconocidos ingenieros Bosco
Hernando Chicaiza, Williams Sefair, Marcos Silva y Jesús Antonio Medina.
En el 2011
se estimó el costo total de la obra en $60.000
millones, con lo cual la consultoría costaría alrededor de $2.552 millones.
Como el costo de la PTAR propuesta se ha duplicado, el valor a pagarle al
contratista también se duplicaría a cerca de $5.000 millones. ¿Será que esto tiene
algo que ver con la insistencia de construir la opción más costosa?
En una
entrevista del 18 de julio de 2012 Aurelio Navarro, gerente de EPN, invitó a
los habitantes de la Comuna Uno a tener total tranquilidad, ya que la PTAR no
quedaría ubicada al costado derecho del puente Santander. Sin embargo, hoy está
decidido a construirla en ese mismo sitio. Los neivanos esperamos que estos
funcionarios se abstengan de ejecutar el proyecto hasta que no se realice una
socialización amplia y detallada con la
comunidad en donde se responda todas las inquietudes.