No soy egresado de la
Universidad Surcolombiana pero por ser profesor allí y, sobre todo, por ser huilense, me interesa
que progrese.
La USCO, como se le conoce,
es la única universidad pública de nuestro Departamento y su misión primordial
es aportar al desarrollo humano integral de este y de la región surcolombiana
en general.
En el tiempo que llevo laborando
en la Universidad me he percatado con mayor claridad de su principal activo:
los estudiantes. Muchos de ellos vienen de los pueblos del Huila y estudian con mucho sacrificio y con muchos
anhelos de progresar. De igual forma, he conocido profesores y directivos que
aman a su claustro y trabajan arduamente para verlo prosperar – incluso
gastando de sus propios recursos.
También he visto, sin
embargo, aspectos en los que falta mucho por mejorar. En particular, la
universidad tiene grandes retos en temas de infraestructura, investigación y
bienestar universitario. Si bien es cierto que en parte estas falencias reflejan
la crisis presupuestal de la universidad pública en Colombia, también es cierto
que a veces reflejan ineficiencia, falta de planeación y, no pocas veces,
corrupción.
Es en este contexto que
preocupan mucho los rumores e indicios de que algunos politiqueros
inescrupulosos estén intentando influir en la elección de rector que se
realizará el próximo 11 de septiembre.
Si algo se le reconoce al
anterior rector es que mantuvo a la universidad libre de injerencias indebidas
de los políticos hasta donde pudo. Candidatos ofreciendo el control de
dependencias o facultades de la institución educativa a politiqueros con hambre de convertirla en un fortín político
– para nombrar y dar contratos a sus clientelas con base no en el mérito sino
en el amiguismo –, tenderían a agravar aún más la situación de la USCO y a
impedir su posicionamiento en el ámbito nacional, tal como lo han logrado otras
universidades regionales.
No debemos olvidar que la
Universidad administra el cuarto presupuesto más grande del Huila y tiene sedes
en varios municipios. ¿Por qué el interés inusitado de varios políticos en la
Universidad, siendo que no han brillado precisamente por su gestión para
sacarla adelante? O, ¿es que solamente se mueven por intereses burocráticos y
clientelistas que son los que alimentan la corrupción?
Por ejemplo, ¿por qué no han
gestionado – como les fascina decir – recursos significativos para la
Universidad o, por lo menos, presionado a la Gobernación para que le gire a la
institución lo que por derecho y lógica le corresponde? Cuando hablan de
aumentar la competitividad y mejorar la educación del Huila, ¿a qué se refieren
en realidad y cómo pretenden lograrlo?