Hace
casi cuatro años escribí el artículo “¿Buitres rondando la Universidad
Surcolombiana?” (ver aquí)
en donde advertía sobre la posibilidad de que políticos inescrupulosos
estuvieran intentando influir en la elección de rector para poder capturar la
Universidad como un botín burocrático.
Recuerdo
que en ese momento, sin haber mencionado nombres, varias personas que apoyaban
la candidatura de Pedro Reyes – el candidato que resultó elegido – me empezaron
atacar por las redes. Coincidencialmente muchas esas personas o sus amigos
terminaron trabajando en la USCO.
Fuente: Wikipedia
Pongámoslo
claro: apoyar a alguien y después ser contratado no es ningún delito o falta
ética por sí sola. El problema es cuando el
criterio primordial de selección es el haber ayudado en una campaña, sin
importar el mérito, las capacidades profesionales y la integridad ética; cuando
lo único que importa es pagar favores y construir una “maquinaria” de puestos a
cambio de apoyo político. Eso es clientelismo el cual es la base de la
corrupción y lo que le niega a todos los ciudadanos el acceso en igualdad de
condiciones a los cargos públicos (¡públicos!). La universidad pública de los
huilenses no se puede manejar como una finca privada.
Por
ejemplo, ¿por qué Pedro Reyes nombró como Jefe de Control Interno a Johan Steed
Ortíz, excandidato al concejo de Neiva? Ortiz había renunciado al cargo de
secretario general a raíz del escándalo de una grabación supuestamente con su
voz en donde dice que logró recaudar de contratistas de la ESE Carmen Emilia
Ospina “como 1500” millones de pesos a David Cangrejo los cuales “contaba
billete por billete” (ver aquí).
Si bien la grabación en términos penales no sirve como prueba debido a que fue
editada y hecha sin autorización, Ortíz “no negó ni confirmó la autenticidad de
la grabación” (ver aquí)
y es ahora un “testigo estrella contra Cangrejo” (ver aquí).
De
la misma forma, Pedro Reyes conformó un nuevo Grupo de Proyectos Especiales
Institucionales en el que quiso centralizar todos los proyectos importantes de
la Universidad. Allí nombró a su amigo Antonio Medina como director, el mismo
que tuvo que renunciar por estar orientando proyectos de la Universidad hacia
su propia empresa (ver aquí)
pero, sobre todo, el mismo que lideró el proceso de selección de personera, el
cual está siendo hoy investigado por la Fiscalía y la Procuraduría General de
la Nación, junto con el caso de elección del contralor José Hildebrand Perdomo
Fernández quien, a propósito, en ese momento era el Jefe de la Oficina Jurídica
de la USCO cuando Oscar Urueña, su amigo personal y concejal en ese momento, lo
animó a presentarse al cargo.
Aquel
artículo sobre los buitres lo escribí después de una conversación con Oscar
Urueña quien no me conocía porque yo había llegado recientemente de estudiar en
el exterior y quien me invitó a un café y me contó que no había empezado su
campaña a la Asamblea porque iba apoyar a Pedro Reyes. Me habló efusivamente de
que la USCO representaba el cuarto presupuesto del Huila y del número de
contratos que tendría. Cuando le pregunté qué proyectos tenía su candidato, el
único que me logró mencionar fue el de la creación de una oficina de egresados.
Después comprendí por qué se regocijaba tanto por eso.
Tiempo
después hizo alianza con Julián Salas, muy allegado a los Géchem, para llegar
al Consejo Superior de la USCO en el que también lograron posicionar otra “ficha”.
Curiosamente las campañas que hacen en la Universidad parecen campañas
proselitistas a cargos de elección regional debido a los grandes recursos que
invierten, el despliegue de publicidad, el pago de transporte y la movilización
que organizan.
A
Salas, quien ahora vuelve aspirar, lo han criticado por presuntamente utilizar
la base de datos de los egresados de la Universidad. También porque ayudó a que
un amigo suyo quedara de decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas, ganándole a un profesor que sí tiene doctorado (de aquellos que sí
son doctorados: de cuatro años y en la Sorbona), con una producción
significativa a nivel de investigación y habilidad gerencial demostrada en la
misma USCO.
No
juzgo a las personas que de buena fe y por necesidad se ven empujadas a tratar
de asegurar un puesto o contrato, debido al preocupante nivel de desempleo en
el Huila. Pero sé que muchas veces les resulta indignante y humillante estar
detrás de un político de profesión (o aspirante) tratando de asegurar un puesto
a cambio de hacerles reuniones, cargarles la maleta y a veces darles parte de
su salario o, incluso, hacerles favores sexuales.
Hace
poco este grupo logró influir en la terna de candidatos a la rectoría de la USCO (ver aquí),
cuyos miembros no destacan precisamente por sus credenciales académicas o su visión estratégica para proyectar a la USCO al nivel de la Universidad del Valle, la del Cauca o la UIS, por citar algunos ejemplos. Ahora bien, yo me pregunto: ¿Por qué tienen que andar los candidatos a la rectoría reuniéndose y buscando apoyo de políticos de profesión?
cuyos miembros no destacan precisamente por sus credenciales académicas o su visión estratégica para proyectar a la USCO al nivel de la Universidad del Valle, la del Cauca o la UIS, por citar algunos ejemplos. Ahora bien, yo me pregunto: ¿Por qué tienen que andar los candidatos a la rectoría reuniéndose y buscando apoyo de políticos de profesión?
De
pronto muchos en el Huila vean todo este tipo de comportamientos como algo
normal, pero el hecho de que sea corriente o usual no quiere decir que sea lo normal.
La Universidad Surcolombiana es una universidad pública, cuyo objetivo no es
servir de maquinaria burocrática y presupuestal para las ambiciones políticas
de aprendices del arte de la manzanilla y la marrulla. Todo ciudadano debería
poder aspirar a un cargo público en igualdad de condiciones de acuerdo a su
competencia y sin necesidad de una palanca. Que nos hayan acostumbrado al
clientelismo, es otra cosa
A la
Universidad deberían llegar los mejores funcionarios, los mejores profesores,
los mejores decanos y los mejores rectores. La Universidad debería destacar,
por ejemplo, por su impacto transformador en la región, por su innovación, el
número de patentes registradas y la capacidad de pensamiento crítico de sus
egresados.
La
pobre dirigencia del Huila, la misma que vive y depende del clientelismo, nos
ha acostumbrado a acomodarnos, a ser pasivos, a ser conformes. Pero, ¿cuándo
vamos a cambiar eso? Esa mentalidad es la que impide que el Huila progrese y
que haya suficientes oportunidades de empleo.
Rompamos
de una vez con ese círculo vicioso. No caigamos en esa trampa, así nos prometan
que no va a doler, que nos agarrarán pasito y que, a pesar de estar atrapados,
podremos comernos un pedazo del queso.
Estudiantes,
administrativos y egresados: ¡asuman su responsabilidad! No sean indiferentes o
importaculistas. El Huila necesita de una universidad independiente, orientada
a la academia y al impacto social, que destaque a nivel nacional. No sean
conformistas. ¡Despierten surcolombianos, despierten!
Adenda:
Imagino que, como ya es costumbre, dentro de poco saldrán publicaciones en
páginas piratas tratando de enlodar mi nombre. Seguiremos adelante.